La cama, explica nuestra amiga Marianagz, es de 80 x 190 cm, es decir, tamaño de adulto. "Compramos un colchón de somier con intenciones de que sea la cama para toda la vida de la princesa".
Hicieron la base acoplando dos palets. "Fue el trabajo más sencillo ya que solamente desarmamos los palets, los lijamos a fin de limar cualquier aspereza que pudiese romper el colchón, y los volvimos a armar, esta vez con tornillos el lugar de clavos".
Para afianzar los dos palets de la base, los unieron con tres bulones de generoso tamaño.
De otros palets sacaron los tarugos donde se fijan las barandas de contención. "Cuando la chiquita crezca, simplemente las desatornillaremos", explica Marianagz.
"Las imperfecciones y agujeros de las maderas los rellenamos con el mismo serrín que desprendían las maderas al lijarlas, mezclado con cola. Esto podría llevar toda la vida, pero llegado un momento hay que conformarse y entender que una cama de palets no puede ser perfecta, y debemos tolerar alguna irregularidad en la madera", afirma con sensatez nuestra amiga.
"Las barandas y cabeceros las lijamos hasta redondear cada punta (ya que no teníamos otras herramientas que hicieran ese trabajo de manera sencilla). Esto fue lo que más tiempo llevó, pero la seguridad de la niña es lo primero".
Podemos apreciar en la foto que cada madera está bien redondeada en los extremos.
"Resultaba un trabajo algo agotador, y a veces fue necesario hacer alguna pausa", cuenta Marianagz. ¡Y aquí vemos al segundo bricolega del proyecto efectuando un minucioso test del montaje!
Antes de darle ese bonito color blanco con esmalte sintético al agua, de secado rápido, los meticulosos artistas aplicaron a la madera un producto anticarcoma.
¡Final feliz para este encantador trabajo! Nuestros amigos pusieron ruedas a la cama, dado que tiene bastante peso y así será muy cómodo moverla para limpiar. Es un detalle habitual también en las mesas fabricadas con palets.
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